dimecres, 27 de maig del 2009

cuento

En un lugar de su mente existe ese cuento.

Ella es joven, soñadora y con mil planes para su vida. Ese cuento contiene todo eso, pero la historia que los esconde no lo explica.

En ese cuento se escribe que ella lo deja todo. En un instante del tiempo toma una decisión con la que sólo puede tener en cuenta el presente. Ni pasado ni futuro: solo el presente.
Todo se borra: cualquier plan, cualquier sueño…se van para dejar que ella coja sus maletas y vaya corriendo a buscarle.
Hace semanas que no hablan, así que las posibilidades de que él la acompañe en su viaje son remotas, inexistentes. Pero los cuentos tienen ese eterno poder para conseguir lo imposible.
Él abre la puerta y se queda mirándola fijamente (perplejo, sin decir palabra, serio). Aún así, a ella le ha parecido adivinar alguna señal de sorpresa en su rostro. Y no es para menos. No lo sabe, pero en realidad hace mucho que él la espera. Quizás desde antes de conocerla. A ella, como siempre que lo ha tenido cerca, le tiemblan las piernas. No le sale nada oportuno para decir. Él sigue mirándola muy fijamente. Ahora los dos se miran a los ojos, hacía tiempo que no lo hacían, puede que desde esa noche… Las piernas le siguen temblando y ella no puede soportar más su mirada, teme que la eche antes de haber sido capaz de decir nada. Aparta los ojos y entonces se fija: como ella, él tiene a sus pies una maleta. No puede creerlo. Vuelve a buscar sus ojos pero antes de que haya podido encontrarlos él también ha visto su maleta y se acerca.

Y la besa.


El viaje ha empezado y no tiene vuelta atrás puesto que lo prohibido y lo clandestino tiene que acarrearse con sus respectivas consecuencias.

Pero el camino está marcado por la suerte.









En fin, solo era un cuento.


09/10/07