dimecres, 27 de maig del 2009

Marianne

Marianne rasgaba día tras día un vestido diferente.

No podía evitarlo.
Los jardines de su padre eran un mundo distinto.
Su belleza la enloquecía y amaba perderse entre sus ramas, hojas, flores…

Los jardines parecían abrazar la pequeña Marianne, a la que no le importaba perderse en su interior y conocer día tras día un rinconcito diferente.

Luego eso pasó. Creció y Marianne tuvo que alejarse de los jardines.

Fue curioso recordar todas esas sensaciones cuando conoció a Artie.

Y divertido volver a jugar en el jardín.



(:

.on jouerais avec la chance,
peut-être on la gagne.


[verdequetequieroverde]


21/05/08